Abram, el elegido


Objetivos

Conocer cómo Dios se manifestó a un hombre y a través de su descendencia a todos nosotros

  • Dios llama a un hombre con un propósito y le guía.
  • El hombre obedece.
  • Dios establece un pacto con él y con su descendencia.

Antecedentes

De nuevo los hombres se habían alejado de Dios. Ya no se acordaban del paraíso, ni de cómo había salvado de las aguas a Noé y su familia. Sencillamente no conocían a Dios.

Por ello Dios tiene que volver a revelarse, a mostrarse de nuevo a los hombres para que lo conozcan, sepan su voluntad y aprecien su amor.

Esta revelación va ocurrir de forma paulatina, poco a poco hasta que la revelación se completa con la extraordinaria figura de Jesucristo.

Y Dios eligió a un hombre cuyas cualidades, como se verá más tarde, son extraordinarias.

Lo primero que le pidió fue que abandonara a su familia y se fuera a otra zona que Dios le mostraría, pues le iba a hacer el regalo de una gran tierra. Y obedeció y emprendió su viaje hacia Canaan.

Abram tuvo que renunciar a varias cosas importantes como eran su familia, la seguridad de su casa, sus amigos etc para ir a un lugar que aún no conocía y que estaba poblado de enemigos.

Leer Hebreos 12:8 y 9 y sabrás qué fue lo que movió a Abram:

Por la ________ , siendo llamado obedeció para salir al lugar que había de recibir por heredad; y salió sin saber donde iba. Por la _________ habitó en la tierra prometida como en lugar ajeno, morando en cabañas.

Lectura Bíblica

Génesis 12-14, 17 y 18.

Texto para aprender: “y serán benditas en ti todas las familias de la tierra” (Gen 12:3)

Historia

Después del pecado de orgullo de los hombres con la construcción de la torre de Babel pasaron muchos años. Y un hombre llamado Abram, halló gracia a los ojos de Dios.

Abram vivía en Ur en tierra de los caldeos, con su padre, su hermano Nacor y su sobrino Lot, hijo de otro hermano llamado Haran que ya había muerto Y Dios le dijo:

  • Vete de esta tierra y de la casa de tu padre a otra tierra que yo te mostraré y la daré a ti y a tus descendientes. Y haré de ti una nación grande y todos los que te bendijeran serán benditos y los que te maldijeran serán malditos.

Y, cuando tenía 75 años, emprendió el viaje con su mujer Sarai y su sobrino Lot hacia Canaan, y cuando llegó allí Dios se le volvió a aparecer; entonces hizo un altar de agradecimiento.

Al cabo de un tiempo hubo hambre en esa zona y se fue a Egipto, lugar cercano donde había comida en abundancia. Como Sarai era muy hermosa su marido temió que los egipcios le podían hacerle daño por causa de su mujer; después de pensarlo decidió presentarla como hermana y no como su esposa, con lo cual se podía granjear su simpatía; y así fue.

El Faraón se enamoró de ella y la llevó a su palacio y le dio ganado y otros bienes.

Pero el Señor protegió a Sarai e hirió al faraón de tal manera que éste entendió que la causa era Sarai. El faraón le recriminó a Abram su engaño y le mandó que se fuera de Egipto.

Pasado el tiempo unos ángeles visitaron a Abram y le dijeron que Sarai sería madre de multitudes: ella, que ya sabía que era mayor para tener hijos, se rió pero los ángeles le aseguraron que así sería; sin embargo habían de pasar todavía cuarenta años para que esa promesa se cumpliera.

Y Sarai se cansó de esperar así que le dijo a su marido que tuviera un hijo con su esclava Agar, cosa que en aquellos tiempos estaba permitido, y de esa manera sería como si ese hijo fuera suyo; y así nació Ismael.

Más tarde Sarai, como le habían profetizado los ángeles, cayó embarazada, pese a su avanzada edad, y tuvo el hijo prometido por Dios, Isaac. Entonces Abram tenía ya 100 años y Sarai también era de edad muy avanzada.

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