Objetivos
- Aprender el valor de la amistad.
- Conocer que la amistad implica sacrificio.
- Reconocer a Jesús como nuestro amigo incondicional.
Antecedentes
Desde que el hombre fue creado necesitó relacionarse con gente como él. Dios puso a Eva como compañera de Adán y después, cuando fueron expulsados del paraíso los hombres se fueron uniendo para cazar, labrar la tierra, defenderse de enemigos, o simplemente participar de conversaciones.
La amistad es una cualidad que tienen los humanos. Los amigos hacen muchas cosas juntos: juegan, trabajan, comparten cosas, son fieles, guardan las cosas del amigo, son amables. Cada hombre y mujer necesita tener amigos en los que confiar.
Jonatan, el hijo de Saúl, fue un gran amigo de David; incluso se enfrentó a su propio padre para salvar a David, advirtiéndole que quería matarle. Y por amistad y amor hacia Jonatán, David, cuando fue rey, salvó de la muerte a un hijo de éste.
Pero, además, David tuvo otros amigos que, como veremos, expusieron su vida por él.
La amistad se demuestra de muchas maneras: Una sonrisa, una palabra amable basta a veces para demostrar el aprecio por una persona.
La mayor amistad conocida fue la demostrada por Jesús, quien murió en lugar de cada hombre que cree en él para evitarle la muerte que merecen sus pecados.
Lectura bíblica
2ª de Samuel 23: 13-17.
Texto para memorizar
“En todo tiempo ama el amigo, y es como un hermano en tiempo de angustia” Proverbios 17:17.
Historia
Los malvados filisteos habían tomado prisionera la ciudad de David, Belén. Y David estaba con sus tropas en una cueva llamada de Adulam, esperando una buena ocasión para liberar su pueblo de las manos enemigas. Allí, continuamente se acordaba de su pueblo, Belén, de sus calles, sus plazas, sus montes, sus fuentes. Tenía gran pena por saber que estaba en manos enemigas y deseaba vehementemente conquistarla; así que un día exclamó a gran voz:
“¿Quien me diera de beber agua del pozo de Belén que está junto a la puerta?”.
Nadie dijo nada, pero todos entendieron que David no clamaba sólo por el agua sino por la libertad de Belén; aún así, y sin decir nada, tres valientes se prepararon.
Se vistieron sigilosamente y se deslizaron fuera del campamento de David y bajaron por el monte hasta Belén; atravesaron, sin hacer ruido y con mucho cuidado, las zonas de vigilancia de los filisteos y llegaron al pozo.
Era de noche y no había nadie en el pozo; se acercaron y metieron el pellejo de animal que les servía de caldero y lo sacaron lleno de agua. Finalmente retrocedieron con igual sigilo, arriesgando sus vidas para llevar el agua a David.
Cuando le dijeron a David lo que habían hecho, este se emocionó porque se dio cuenta de lo que se habían arriesgado aquellos valientes por complacerle y mostrarle su amistad. Pero David no la bebió porque era un agua traída con sacrificio, y seguramente la ofreció al Señor como símbolo de adoración.
Jesucristo fue el más valiente de todos; El dio su vida por todos nosotros, sus amigos; no quiso que muriéramos de hambre, de sed espiritual, de pecados, y se sacrificó para que pudiéramos tener vida eterna, es decir ir para siempre con el Padre al cielo.
Jesús abrió un nuevo camino para todo aquel que quiera llegar al cielo. Jesús nos enseñó que hemos de ser buenos amigos y AMARNOS LOS UNOS A LOS OTROS. Y el amor se demuestra renunciando a cosas que nos gustan a favor se nuestro amigo, y haciendo otras que les agradan a ellos y especialmente a Dios, p. ej.,
- Renunciar a tener siempre razón.
- Renunciar a ser siempre el que primero empiece un juego.
- Renunciar a tener para nosotros solos las cosas materiales.
- Renunciar a la crítica y a hablar mal de otras personas.
Debemos:
- Perdonarles cuando nos ofenden, porque Cristo nos perdonó a nosotros.
- Compartir lo que tenemos.
- Buscar siempre lo bueno que tienen otras personas y no lo malo.
El amor significa renuncia y perdón.