Objetivo
- Entender el respeto de David al orden establecido por Dios quien había concedido a Saúl ser rey de Israel.
- David supo perdonar a quien buscaba su muerte.
- Saber ser imitadores de David, que como Jesús, supo perdonar.
Antecedentes
David, como ya vimos, estaba huyendo de Saúl, quien procuraba matarle.
Saúl estaba obsesionado con matar a David, y había querido usar a sus hijos, Jonatan y Mical, para que traicionaran a David; pero no lo consiguió.
David huyó al desierto, a los lugares abruptos donde sólo las cabras se atrevían a estar. Con él se juntó un buen número de hombres que, como él, había tenido que huir de sus casas por diversos motivos.
Los compañeros de David no eran los más alegres, ellos estaban amargados, entristecidos, lejos de sus casas y familias, lejos de la paz; y se veían obligados a pelear con enemigos y a estar continuamente huyendo. Ellos tenían temor de los filisteos, pero también de los de su propia raza. Y así pasaban los días, peleando, escondiéndose y malviviendo en aquellos parajes.
No hay que olvidar que David había sido ya ungido por Samuel como rey, ya que Dios se lo había mandado; pero David seguía sin acercarse a disputar el trono que le correspondía.
Saúl hacía tiempo que había perdido el favor de Dios.
Lectura bíblica
1ª Samuel 24.
Texto para aprender
No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor. (Romanos 12:19)
Historia
Saúl estaba guerreando contra los enemigos de Israel y se enteró que David estaba en una zona desértica por lo que se apresuró con 300 hombres a ir a buscarle con la intención de matarle.
Subieron con mucha fatiga a la zona donde estaba David, que era la parte alta del desierto, en las cumbres donde sólo se atrevían a estar las cabras, (todos sabemos que las cabras son unos animales que tienen mucha estabilidad y equilibrio cuando están en los peñascos).
Se hizo de noche y Saúl y sus hombres buscaron una cueva donde pernoctar.
Pero Saúl no estaba sólo; dentro de la cueva estaba David y sus hombres, pero como la cueva era profunda y tenía muchos recovecos, ni Saúl ni sus hombres se dieron cuenta de que a aquellos a quien perseguían estaban tan cerca.
Los hombres de David intentaron a convencerle de que matara a su enemigo, pero David les dijo que nadie debía tocar al ungido del Señor y que Dios mismo haría justicia.
¡Que generoso David, y que buena visión tuvo de que la venganza debemos dejársela a Dios y no tomarla por nuestra cuenta! Y así pasaron la noche; pero de madrugada David se acercó sigilosamente a Saúl y le cortó un trozo del manto que le cubría.
A la mañana siguiente Saúl y sus hombres comenzaron a descender de la montaña. Cuando estaban algo lejos David llamó a voces a Saúl y le dijo:
¿Por qué me persigues si yo no quiero hacerte daño? No hagas caso de aquellos que te dicen que quiero matarte. Mira, he tenido la oportunidad y sólo te he cortado un trozo de tu manto. Eso te demuestra que no debes temer nada de mí.
Y Saúl lloró y le contestó:
Si, es cierto que eres mejor que yo. Por eso serás rey algún día y cuando eso ocurra me vas a prometer que no matarás a mis descendientes.
Y David se lo prometió.
¿Se había arrepentido Saúl de la persecución que hacía a David? Seguramente no, sino que sólo deseaba sacar provecho de la generosidad y misericordia que David mostraba con él.
¿Le invitó a volver al palacio y vivir en él como correspondía al yerno del rey?- ¡No! ¿Le invitó a encontrarse con su mujer Mical?- ¡No! y, además hizo que Mical se casara con otro hombre y la separó de su marido.
Saúl no tenía remedio. Fue un rey que empezó con el favor de Dios, con el amor de su pueblo y acabó sólo.
Y así volvieron a separarse y nunca más se volvieron a ver. Y David continuó en los desiertos y peleando por ayudar a Israel.
Aplicación
Hemos de saber perdonar cuando nos hagan daño, y dejar que sea Dios el que ponga su justicia, según su perfecto juicio y perfecta santidad.
Jesús nos perdonó con su muerte en la cruz, y nosotros tenemos que perdonar. Y, aunque sea difícil, Dios nos ayudará.