Objetivos
- Conocer cómo y por qué se produjo el diluvio.
- Conocer cómo Dios preservó a Noé, un hombre obediente.
- Saber que Noé confió y obedeció a Dios aún en contra de todos sus vecinos.
Antecedentes
Hay muchas antiguas civilizaciones que en sus historias cuentan la llegada de una gran lluvia que provocó inundaciones y muertes. La Biblia recoge, así mismo, estos acontecimientos dándoles una explicación relacionada con la soberanía de Dios.
No se puede entender en términos humanos la destrucción que hubo sobre la tierra en aquel momento, pero hay que recordar varios acontecimientos:
Desde la época de Adán y Eva los hombres se habían multiplicado y también se habían ido apartando cada vez más de Dios. Sus pensamientos eran para hacer el mal y Dios se “arrepintió” de haberlos creado. En realidad no es que Dios se arrepienta como los hombres, sino que los hombres cada vez estaban más lejos de la protección de Dios y eso trae graves consecuencias.
Dios había creado al hombre para el bien y no para hacer el mal; por esto Dios decidió quitar el mal que había en la tierra.
Sin embargo no todo estaba perdido, había un hombre especial que tenía algo digno de ser conservado, era Noe.
Dios a lo largo de la historia de la humanidad siempre ha buscado hombres que le obedezcan, pueblos que le sigan y naciones que le acepten como su soberano; y es a través de estos hombres que Dios se ha ido manifestando a la humanidad.
Dios estableció pactos con el hombre que El no ha roto. Hoy aún nos beneficiamos de esos pactos.
Lectura bíblica
Génesis 6, 7 y 8.
Texto para aprender: «Y el arco sobre las nubes será la señal del pacto que establezco hoy con toda la humanidad, y no habrá más diluvio que destruya a todos los seres vivientes» Génesis 9: 15-16
Historia del arca de Noé
Dios ordenó a Noé que hiciera un arca, un gran barco de madera de gofer que es una madera muy resistente Le dio instrucciones muy precisas: tendría tres pisos, con una puerta en el bajo y una ventana en el último piso y la embadurnaría con brea por dentro y por fuera para hacerla impermeable.
Una vez construida, metería a los animales dentro: una pareja por especie de los animales que no fueran limpios: jabalíes, cerdos, serpientes… y siete parejas por especie de aquellos animales llamados limpios: patos, gallinas, ovejas etc. Noe, a pesar de sus seiscientos años se sintió con fuerzas para trabajar.
No había ni una sola nube en el cielo pero Noé obedeció y se puso a construir sin esperar ni siquiera tener un pequeña señal en el cielo.
Sin duda los vecinos se reirían de él, e incluso su mujer y tal vez sus hijos. Noé estaba bastante solo, pero escuchó la voz de Dios antes que la de los hombres.
Una vez construido el arca Noé introdujo en ella a los animales, y a su familia: su esposa, sus tres hijos, Sem, Cam y Jafet, y a sus tres nueras. Y Dios cerró la puerta.
Pasaron aún siete días antes de que comenzara a llover. Entonces, pareció como si vinieran cataratas desde el cielo de la intensidad de la lluvia. Y siguió lloviendo, empezando el agua a subir de nivel.
Llovió cuarenta días y cuarenta noches sin parar cubriendo los montes aún los más altos.
Después de 150 días (cinco meses), empezó a decrecer el agua.
Entonces Noé envió un cuervo para saber si ya había árboles descubiertos, pero el cuervo volvió pronto; lo envió de nuevo y también regresó. Días más tarde envió una paloma que volvió trayendo una rama de olivo, muestra de que ya se estaba secando la tierra. Finalmente Noé esperó otros siete días y abrió el arca. La tierra se había secado al cabo de 7 meses, pero en total estuvieron en el arca 10 meses antes de que pudieran bajar a tierra.
Una vez que salieron, Noé levantó un altar de agradecimiento a Dios y le ofreció sacrificio. A Dios le agradó sobremanera la actitud de Noé y decidió establecer un Pacto (Acuerdo) con Noé y con toda la humanidad.
Y de nuevo les dijo que se multiplicaran y llenaran la tierra y que disfrutaran de los animales y las plantas que Dios había creado.
“Y he aquí yo establezco mi PACTO con vosotros y vuestra simiente después de vosotros. Nunca más morirá toda la carne”.
Para recordar el pacto Dios puso un arco de bellos colores en el cielo, el Arco Iris. Este arco se produce cuando la luz del sol atraviesa las nubes que están dejando caer agua, y esta luz se descompone en los colores que la forman (rojo, azules, amarillos, naranja, violetas…); y esto nos recuerda el pacto perpetuo de Dios con los hombres.
Y Noe y su familia hicieron como Dios les mandó.