El becerro de oro


Objetivo

  • Conocer que es la idolatría.
  • Conocer las consecuencias de la idolatría.
  • Conocer que hay muchas formas de idolatría

Antecedentes

El pueblo de Israel, después de haber salido de Egipto, entró en el desierto. No iban sin rumbo ya que cada día caminaban tras la columna de fuego durante la noche y la columna de humo durante el día, que era la manifestación de la dirección de Dios.

A lo largo del camino tuvieron hambre y Dios les proveyó de comida caída del cielo (el maná) y de codornices: tuvieron sed y le dio agua que brotó de una roca. Dios iba proveyendo, iba dando según sus necesidades y les iba guiando.

Finalmente llegaron a un monte: el Monte Sinaí o Peña de Horeb. Allí se detuvieron para descansar y recibir instrucciones de Dios.

Aplicación

La idolatría es la adoración de otros dioses que no son Dios. Dios aborrece la idolatría. Dios desea que nuestra dependencia sea totalmente de El.

El pueblo de Israel, los hebreos, estaban acostumbrados a convivir con los dioses de los egipcios, por lo que con facilidad se acordaban de ellos en momentos de tensión. Sin embargo habían visto el cuidado del Dios de Abraham, Isaac, Jacob, José, es decir de su Dios y se olvidaron de El.

Pero hay muchas maneras de serle infiel a Dios. No sólo hay que adorar a otros dioses para cometer idolatría. Tenemos que cuidar con atención que no haya cosas en las que pongamos una confianza ciega. Sólo Dios merece nuestra confianza absoluta, y a El debemos recurrir en primer lugar.

Lectura bíblica

Éxodo 19 y Éxodo 32. Salmo 115

Texto para aprender

No tendrás dioses ajenos delante de mí; no te harás imagen ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo o abajo en la tierra. No te inclinarás a ellas ni las honrarás, porque yo soy Jehová fuerte y celoso. Éxodo 20:3

Historia

Moisés subió al monte Sinaí por orden de Dios. Josué, su ayudante, fue con él y se quedó en la falda del monte. A nadie más le estaba permitido acercarse, pues el que lo hiciera moriría. Al pueblo se le mandó que esperara orando hasta que volviera Moisés. Dios tenía cosas importantes que decirle al pueblo a través de su siervo.

Entonces descendió una nube sobre el monte y lo cubrió, y en medio de esta nube se empezaron a oír voces y sonidos de bocinas; y se veía llamaradas de fuego; y así estuvo durante mucho tiempo. El pueblo que permanecía alejado del monte veía desde lejos el espectáculo y estaban atemorizados.

Mientras, Moisés recibía instrucciones de Dios para todo el pueblo de Israel, las cuales serían fundamentales para saber como comportarse en un futuro: Y así pasaban los días.

El pueblo sin la presencia de Moisés se sintió desamparado y, como había hecho desde que salió de Egipto, empezó a murmurar. Llamaron a Aarón, el hermano de Moisés, que había sido dejado como encargado de cuidar al pueblo y le dijeron que, como Moisés no volvía -ya habían pasado 40 días- les hiciera dioses como los de Egipto y ante esos dioses adorarían a Dios. Sorprendentemente Aarón accedió y pidió los zarcillos (pendientes) de oro que tuvieran y con ellos les hizo un becerro de oro, como el buey Apis que adoraban en Egipto.

¡Qué contentos se pusieron! Empezaron a danzar alrededor del ídolo de oro, se olvidaron de Dios que les había sacado con poder de Egipto, y volvieron a lo que habían seguramente practicado con los egipcios: la idolatría.

¡Que algarabía armaron! Justo entonces Dios le habló a Moisés de lo que estaba aconteciendo en el campamento de los hebreos y dijo que destruiría al pueblo. Dios acababa de dar instrucciones a Moisés acerca de no adorar a dioses ajenos, pues el que lo hiciera moriría.

Pero Moisés le recordó las promesas que había hecho a Abrahán, a Isaac, a Jacob e intercedió por el pueblo. Dios las recordaba sin duda, y por amor a ellos mandó a Moisés que juzgara a los responsables de que el pueblo pecase.

Cuando Moisés llegó al campamento se enfadó tanto que tiró las tablas de la ley, de las ordenanzas de Dios, contra el suelo y se rompieron. Entonces dio a los hombres la oportunidad de arrepentirse y situarse al lado de Dios, pero unos 3000 no accedieron y murieron.

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