Entrando en la Tierra Prometida


Objetivos

  • Conocer que Dios preparó un lugar para Israel.
  • Saber que Dios también ha preparado un lugar para nosotros.

Antecedentes

Dios había prometido a Abraham una gran descendencia; también le había prometido que la misma estaría en un lugar especial, en lo que se llamó la Tierra Prometida.

Pasados muchos años este pueblo numeroso salió de la esclavitud de Egipto y emprendió el camino hacia la libertad y hacia la tierra que Dios les iba a dar. Dios los ayudó en su caminar hacia esa tierra Prometida: Canaan. Moisés envió
espías los cuales regresaron contando que la tierra era muy rica pero tenía habitantes muy peligrosos; y el pueblo no quiso seguir adelante y se quejó y murmuró contra Dios; y Dios los castigó a estar dando vueltas en el desierto hasta que aquella generación pereciese…

Pasados 40 años el Señor mandó al pueblo avanzar. ¿Quién los conduciría? Moisés y Aarón habían muerto, y todos los adultos que salieron de Egipto. ¡No, todos no! quedaban Josué, el ayudante de Moisés, y Caleb; ambos eran los dos espías que sí deseaban entrar a conquistar la Tierra Prometida ya que vieron que aunque había gigantes era una tierra hermosa. Josué era el idóneo por su experiencia, por su fidelidad al siervo de Dios, Moisés, y por su valentía y disposición a guiar al pueblo en la conquista.

Y así como Israel, después de mucha lucha, logró conquistar la tierra prometida, nosotros tenemos una nueva tierra ganada por Jesús para nosotros.

Lectura bíblica

Josué 1 y 2, 3, 6

Texto para aprender

Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes porque Dios está contigo en dondequiera que vayas. Josué 1:9.

Historia bíblica

Dios mismo le dijo a Josué que se preparara a entrar en la Tierra Prometida y le prometió que estaría con él de la misma manera que estuvo con Moisés.

Josué mandó al pueblo que preparara alimentos porque iban a ponerse en marcha e iban a atravesar el Jordán.

Unos espías son enviados delante

Al otro lado del Jordán había una ciudad llamada Jericó. Josué mandó a unos espías a que reconocieran cómo estaba defendida la ciudad. Estos llegaron a Jericó y se hospedaron en casa de una mujer llamada Rahab.

Cuando supo el rey de Jericó que unos hombres extraños habían venido mandó a soldados para que se los entregasen; ella sin embargo los escondió porque entendió que eran enviados de Dios; y les hizo prometer que cuando entraran en la ciudad ella y a su familia serían respetadas. Ellos así lo prometieron.

Cruzando el Jordán

Con gran emoción el pueblo se dispuso a pasar el Jordán; primero iba el Arca de la Alianza, donde estaban las tablas de la ley, que era llevada por los sacerdotes y detrás iba el pueblo. Cuando los sacerdotes llegaron a la orilla, las aguas que bajaban se detuvieron y todos pudieron pasar el río sin mojarse.

En agradecimiento tomaron 12 piedras (una por cada tribu de Israel, e hicieron un altar en la orilla para recordar la ayuda de Dios en su paso por el río Jordán).

La conquista de Jericó

Jericó estaba bien cerrada; nadie podía entrar y salir. Pero el Señor le dijo a José: “toma a tus hombres y junto con el Arca del Testimonio o de la Alianza daréis vuelta a la ciudad mientras siete sacerdotes tocarán un cuerno y cuando acaben todo el pueblo gritará”.

Y así lo hicieron durante seis días, y no pasaba nada. Es de imaginar que los habitantes de Jericó mirarían por encima de las murallas y quizás, sorprendidos por el espectáculo, se reirían del paseo de los israelitas alrededor de la ciudad.

Nada parecía pasar. Pero al día séptimo cuando todos los hombres gritaron las murallas, sorprendentemente se cayeron y entraron y conquistaron la ciudad. Y como habían prometido a la Rahab ella y su familia fueron salvadas por cuanto había ayudado a que los escogidos de Dios cumplieran su misión.

Dios podía haber derribado la resistencia de Jericó de otra forma, pero probablemente quisiera que todo el pueblo se involucrase en la conquista de Jericó, de manera que usasen su fe en la obediencia a lo orden de Dios.

APLICACIÓN

Como los israelitas también nosotros debemos marchar, pero siempre contando con que Dios va delante. Todas nuestras decisiones las hemos de someter a su voluntad, y descansar en que él irá delante ayudándonos.

¿Tienes que decidir si vas a cultivar la amistad de alguien? algo importante- Ora da Dios y relaciónate con esa persona con prudencia.

¿No eres capaz de concentrarte en los estudios? Ora a Dios y marcha sobre los libros (estudia)

¿No sabes cómo obedecer a tus padres? Ora a Dios y empieza a obedecer.

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