Isaac busca esposa: Rebeca


Objetivos

Conocer la importancia de elegir un buen compañero que tenga cualidades y planteamientos vitales similares.

Antecedentes

En tiempos antiguos, y no tan antiguos, eran los padres los que concertaban los matrimonios de sus hijos; de hecho, en muchos casos, ni siquiera se conocían los jóvenes hasta el día de la boda. Los padres tenían por ello una gran responsabilidad en buscar la persona adecuada para que fuera el esposo o esposa recomendada. Pero no pocas veces esos casamientos eran aprovechados para establecer alianzas y conseguir consortes que favorecieran a la familia más que a los contrayentes.

Sin embargo el deseo de Abraham era que su hijo se casara con una mujer que no fuera cananea; quizás por haberlas conocido sabía que no eran buenas compañeras para su dulce hijo Isaac.

Había tres opciones para su hijo: permitir que se casara con una mujer cananea, que no parecía la adecuada, hacer que permaneciera soltero, lo que no era conveniente porque Dios le había prometido que tendría una gran descendencia o buscarle una esposa adecuada entre los miembros de su familia.

Abraham se enfrentó al problema que tienen hoy día muchas familias cristianas.

Pablo ya advirtió de los matrimonios desiguales.

No os unáis en yugo desigual con los no creyentes. Porque ¿qué compañerismo tiene la rectitud con el desorden? ¿Qué comunión tiene la luz con las tinieblas? (2ª Corintios 6:14)

Una de las decisiones más importantes de la vida es la elección del compañero o compañera.

Lectura bíblica

Génesis 24; 25: 19-26

Texto para aprender: «Por tanto dejará el hombre a su padre y a su madre y se llegará a su mujer y serán dos en una carne. (Efesios 5:31)»

Historia

Isaac ya estaba en edad de casarse; su madre Sara había muerto y su padre era muy anciano; pero en los alrededores, en Canaan, sólo había mujeres que no conocían a Dios; por ello, Abraham decidió buscarle una esposa de entre las mujeres de su familia, y envió a su siervo de confianza con el fin de buscar una mujer adecuada.

El anciano provisto de camellos con regalos llegó a Mesopotamia, la región de Ur, de donde procedía Abraham, y se fue al pozo de agua donde las mujeres iban a buscar agua.

El criado estaba confuso porque no sabía como reconocería cuál sería la mujer más adecuada; pero entonces oró a Jehová para que le ayudara a buscar y dijo: “la mujer que cuando llegue me dé de beber a mi y a los camellos, esa será la elegida”.

Al cabo de un rato una joven de hermoso parecer se acercó y, como él había orado, le dio de beber y a sus sedientos camellos también. Esta gentileza demostraba que la muchacha era decidida, trabajadora y educada en los principios de hospitalidad que tan importantes eran en aquella época. Después le dijo que era hija de Betuel, un pariente de Abraham, y hermana de Labán.

El criado muy contento acompañó a la joven a su casa donde fue muy bien recibido. Ya cómodamente sentado, y después de haber comido, les dijo que la causa de su viaje era el deseo de buscar una joven de la familia para que fuera esposa de Isaac, ya que Abraham, su pariente, no quería tener mujeres cananeas en su familia.

Les pareció bien y preguntaron a Rebeca, que así se llamaba la joven, sí quería casarse con Isaac. Rebeca, que había visto todo lo que se le ofrecía siendo la esposa de Isaac, no lo pensó dos veces y se despidió de su familia para irse a unirse con un extraño.

Sin duda ese matrimonio fue preparado y bendecido por Dios, porque tanto Abraham como su siervo habían confiado plenamente en la dirección divina.

Cuando Isaac conoció a Rebeca la amó de inmediato.

Pasó el tiempo y el matrimonio no tenía hijos; Rebeca era estéril. Isaac oró al Señor seguramente recordando la promesa del Señor, hecha a Abraham de que tendrían una familia numerosa. Dios escuchó, como siempre hace, y actuó; Rebeca tuvo gemelos.

Nacieron Esaú, el primogénito, y Jacob el pequeño que nació agarrado a un pie de su hermano lo que fue interpretado por su deseo de no conformarse con el hecho de no ser el primogénito.

Reflexión

La búsqueda de un esposo/sa cristiano debe incluir siempre a tres personas, el novio, la novia y Dios, además de buscar la aprobación de los padres, especialmente si éstos están fundamentados en las enseñanzas de Dios.

Pr 12:4 La mujer virtuosa es corona de su marido, pero la mala es como carcoma en sus huesos.

Ge 28:1 Entonces Isaac llamó a Jacob, lo bendijo y le mandó diciendo: –No tomes esposa de entre las mujeres de Canaán. (RVA)

La elección de un compañero es una de las decisiones más importantes de la vida; por ello las cualidades de un futuro contrayente deben ser cuidadosamente valoradas para no equivocarse.

La familia cristiana está fundamentada en el amor a Dios, el amor, la fidelidad y el respeto entre los esposos. Sólo así hay garantías de tener una familia equilibrada y la propia vida también lo estará.

,