Israel pide un rey


Objetivo

  • Conocer que Dios desea ser el rey de nuestra vida.
  • Reflexionar sobre las cualidades que los hombres buscan para elegir a sus gobernantes y que no son las cualidades que ve Dios.

Antecedentes

La época de los jueces fue una época en que el pueblo de Israel estaba bastante ausente de Dios; como habíamos visto en lecciones anteriores; y todas las cosas le empezaban a salir mal; sólo cuando clamaban a Dios éste les enviaba un juez que les guiaba y ayudaba.

Y un juez fue Samuel.

Samuel había nacido por la oración de Ana, quien le pidió a Dios un hijo con la promesa de dedicarlo a Dios, Y Samuel fue dedicado a Dios desde su infancia. Y poco a poco Samuel fue teniendo un buen nombre entre los de su pueblo e iban a consultarle cuando tenían problemas. Asimismo fue un profeta ya que trasmitía al pueblo la voluntad de Dios.

Pero el pueblo hebreo empezó a quejarse y a desear ser igual que las naciones de alrededor y que tenían un rey.

Y a Dios no le gustó.

Aplicación

Los israelitas, a pesar de ver la mano y protección de Dios continuamente sobre ellos para librarlos, salvarlos y consolarlos, quisieron ser dirigidos por un rey en vez de por Dios.

¿A nosotros también nos gusta ser gobernados por hombres en vez de por Dios?

Lectura bíblica

1ª Samuel 7 y 8, 9 y 10

Texto para aprender

Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de vida, y cavaron para sí cisternas rotas que no retienen agua. Jeremías 2:13

Historia

Israel pide un rey y rechaza a Dios

Y pasaron los años y Samuel fue envejeciendo. Entonces puso como jueces de Israel a sus hijos; pero sus hijos no hacían cosas buenas sino que eran avariciosos e injustos. ¡Eran, pues, malos jueces!

Los ancianos de Israel, descontentos con los hijos de Samuel, pidieron un rey para que los gobernara, como tenían el resto de los pueblos circundantes.

Samuel, como siempre hacía, consultó a Dios el cual le aseguró que en realidad no rechazaban a Samuel sino a él mismo, a Dios.

Diles cómo les tratará ese rey para que sepan qué están eligiendo cuando me rechazan a mi, dijo Jehová.

Y Samuel les dijo que se convertirían en siervos de ese rey quien les mandaría salir a la guerra, les cogería a sus hijos e hijas como criados, les pediría parte de sus cosechas etc.; pero el pueblo se reafirmó en su deseo de tener un rey.

Saúl es elegido rey

Saúl era un joven alto y guapo de la tribu de Benjamín. Su padre le mandó con un criado a buscar unas asnas que se habían perdido.

Pasados varios días, y al no encontrarlas, pensaron ir a consultar a un profeta para que les dijera dónde estaban; este profeta era Samuel.

Cuando Samuel vio llegar a Saúl, comprendió que era el elegido para ser rey de Israel, ya que Dios se lo había manifestado el día anterior. Así que invitó a Saúl a comer con él y con otros hombres importantes y lo sentó a su lado en un lugar preferente y estuvo hablando con él. Comunicó a Saúl que Dios había cedido a la petición del pueblo y le había concedido un rey y, precisamente él era el elegido.

¿Os imagináis la sorpresa de Saúl? El, que sólo iba a preguntar por unas asnas, se encontró con la propuesta de ser rey.

Al día siguiente Samuel le ungió como rey; para ello derramó sobre su cabeza aceite. También le dijo que las asnas habían aparecido y otras cosas que le sucederían ese día.

Y Saúl inició la vuelta a su casa. Como había dicho Samuel se encontró con unos profetas llenos del Espíritu Santo y cuando se acercó a ellos Saúl también comenzó a profetizar, y desde ese momento su corazón fue cambiado.

Y días después cuando todo el pueblo se reunió Saúl fue presentado como futuro rey y el pueblo, al ver su apariencia pues era el más alto y el mas hermoso de todos los jóvenes de Israel, le aceptó con gran entusiasmo.

Pero el pueblo sólo vio la apariencia externa de Saúl, y estas apariencias no tienen por qué ir seguidas de un espíritu igualmente hermoso.

Aplicación

Dios no ve lo externo de los hombres sino lo interno. La apariencia para Dios no tiene importancia.

Busca tener un espíritu precioso, lleno de las cosas hermosas de Dios, y así no importará como seas por fuera.

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