Jesús se pierde


Objetivo

  • Conocer algunas detalles de la vida de Jesús en su infancia.
  • Conocer que desde pequeño Jesús se iba formando en el conocimiento de las Escrituras y transmisión de su mensaje.

Antecedentes

Jesús nació en Belén de Judá. Por causa del rey Herodes, que quería matarle, vivió un tiempo en Egipto y cuando murió el malvado rey un ángel avisó a José para que volviera a su pueblo, Nazaret.

Allí Jesús vivió unos años haciendo, suponemos, lo que todos los niños de su edad: jugar, aprender en la escuela rabínica y también aprender el oficio de José, su padre en la tierra que era carpintero.

Los carpinteros o ebanistas, personas que trabajan la madera, siempre han sido considerados artesanos muy respetados ya que fabrican numerosos útiles necesarios: armarios, camas, mesas, arcones etc, que son necesarios en la vida cotidiana.

Pero, a pesar de que la vida en la infancia de Jesús era similar a la de otro niño y que obedecía a sus padres en todo, un acontecimiento en su vida nos ilustra cómo era Jesús a los 12 años y qué grado de madurez tenía. También nos permite entender que, ya desde bien pequeño, Jesús tenía un especial interés en la enseñanza de las Escrituras.

También hay que tener en cuenta que en las escuelas rabínicas, aparte de estudiar y memorizar las Escrituras, se discutía, argumentaba sobre cada texto, con el fin de enriquecer el conocimiento y, por tanto, se admiraba mucho el que alguien tenía una buena capacidad para exponer sus ideas.

Lectura bíblica

Lucas 2: 39:52

Versículo clave

Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura y en gracia para con Dios y con los hombres.

Historia bíblica

Cada año Jesús subía con su familia al templo de Jerusalén durante la fiesta de la pascua, fiesta que rememora la ayuda de Dios para salir de Egipto.

Normalmente se reunían grupos numerosos de familiares y amigos para hacer el viaje; de esta forma era más seguro el viaje y más divertido.

Cuando tenía 12 años subieron todos a la fiesta; la Biblia no lo dice pero quizás subieron con ellos Elizabeth, la prima de María, su marido Zacarías y su hijo Juan que tenía la misma edad que Jesús. No lo sabemos pero si fue así, seguro que en el viaje se divirtieron mucho.

Al regreso, como iban en grupos separados, no echaron en falta a Jesús, quien se había quedado en Jerusalén. Pero cuando llegó la noche se dieron cuenta que no estaba con el resto del grupo. María y José volvieron a Jerusalén para buscarle.

Ya habían pasado dos días y estarían seriamente preocupados. ¿Dónde irían a buscarle? ¿Al mercado?- No, Jesús no iría al mercado. ¿A la zona de la diversión?- No Jesús tampoco estaría allí. Fueron a buscarlo al templo.

¿Qué hacía Jesús? Pues estaba tranquilamente sentado hablando con los doctores de la ley quienes estaban asombrados de los conocimientos que tenía el joven y de su madurez. Felicitaron a los despidieron.

María no se pudo contener y le preguntó el motivo por el que les había puesto en angustia. Pero Jesús respondió:

¿Por qué me buscabais? ¿No sabéis que tengo que ocuparme de los negocios de mi padre?- Pero se refería a Dios y no a José.

Y volvieron a Nazaret y Jesús siguió estando bajo la autoridad y protección de sus padres terrenales, María y José.

Y seguía creciendo en sabiduría y estatura, y en gracia para con Dios y los hombres.

Jesús les dijo que no se preocuparan que el tenía que hacer lo que su Padre le mandase, pero ahí no se refería a José sino a Dios. Y su madre guardaba todas las cosas que Jesús hacía o decía en su corazón.

Reflexión

Jesús crecía en sabiduría, es decir iba aprendiendo cada día más por el estudio y la obediencia.

Jesús crecía en estatura como un chico normal.

De la misma manera cada persona tiene que crecer en cuerpo y también en lo anímico para ser un adulto preparado. Si se crece sólo en el cuerpo y poco en la cabeza, ¿Qué seremos? Tipos raros con cuerpo de hombre y caprichos de niño. Los niños tienen a veces miedo, pero un adulto no debe ser temeroso. Los niños lloran cuando no se les concede lo que quieren, pero los adultos saben que hay muchas cosas que no son importantes.

Y finalmente Jesús crecía en gracia:

  • Para con Dios porque hacía lo que Dios mandaba.
  • Con los hombres, porque era respetuoso.
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