La huida de Jacob y el encuentro con Dios


Objetivos

  • Ver que la actitud de Jacob no fue la correcta.
  • Apreciar que en las familias nunca debe haber favoritismo.
  • Conocer que Dios no hace acepción de personas.
  • Ver que todo pecado tiene sus consecuencias malas para el que comete ese pecado.

Antecedentes

Jacob había engañado a su hermano; su madre, principal instigadora del engaño, al ver tan enfadado a Esau, aconsejó a Jacob que se fuese a casa de su hermano y tio de los muchachos, Labán . Ahora Rebeca iba a pagar un precio muy alto por su acto: se iba a quedar sin su amado Jacob e iba a tener enfadado a Esau.

Y Jacob, quien acababa de ganar la primogenitura y por tanto el disfrute de los bienes paternales, se tuvo que marchar precipitadamente.

Como Dios es soberano no explica a sus siervos por qué hace las cosas; pero Jacob finalmente, y después de un proceso largo y duro, acabó siendo digno de aquello que había conseguido con malas artes.

Reflexión

Todas las cosas conseguidas de mala manera, pisoteando los derechos de otras personas, todo engaño, más pronto o más tarde provocan grandes conflictos en las personas que los cometen. Así como toda la familia de Isaac sufrió por el engaño de Rebeca y Jacob, cualquier persona debería cuidarse mucho de actuar rectamente.

Dios ama a las personas de corazón puro y esa es una gran verdad.

Lectura bíblica

Génesis 27:41-46, 28

Texto para aprender: Ciertamente Jehová está en este lugar y yo no lo sabía. Génesis 28:16.

Historia bíblica

Antes de marchar a esa de su tio Labán, Isaac bendijo a su hijo Jacob con la bendición que Dios había dado a su padre Abraham: tendría una descendencia numerosa y heredaría la tierra donde vivía.

Y Jacob se fue para no volver a ver a sus padres vivos. Caminó horas y al caer el sol se acostó al raso y se durmió, y soñó. Vio una escalera que llegaba hasta el cielo y por ella subían y bajaban ángeles; y oyó que Dios le bendecía.

Cuando despertó llamó a aquel lugar Betel “casa de Dios”´e hizo una promesa a Dios, pero condicionada: si Dios le ayudaba él le serviría.

Finalmente llegó a casa de su tío Labán y se enamoró de su hija pequeña Raquel; así que la pidió como esposa a su padre; éste accedió a que se casasen con la condición de que le siviera 7 años.

Jacob lo hizo y cuando se iba a casar con Raquel, el padre, aprovechando que las mujeres iban cubiertas el día de su boda, le casó con la hermana mayor Lea.

Jacob se sintió engañado, pero ya no había solución. Jacob, el engañador había encontrado la horma de su zapato, es decir a uno como él.

Pero amaba a Raquel, así que sirvió otros siete años a Labán para conseguirla.

Jacob era un gran trabajador, conocía muy bien el ganado así que sabía de qué color iban a ser los corderos porque veía como se apareaban los animales, así que comenzó con astucia a conseguir que Labán le diera los corderos de color. Y se fue haciendo con una gran cantidad de ganado.

Y Jacob amaba a Raquel más que a Lea. El hizo también diferencias entre ambas hermanas y esposas. Y Lea se entristecía y Dios le permitió tener muchos hijos mientras que Raquel era esteril.

Pasado el tiempo Raquel tuvo dos hijos y cuando nació el pequeño, Benjamín, ella murió.

Y estos son los hijos de Jacob, que darían lugar a las doce tribus de Israel:

RUBEN SIMEÓN, LEVI, JUDA, DAN, NEFTALÍ, GAD, ASER, ISACAR, ZAMBULÓN, JOSE Y BENJAMÍN.

,