La Torre de Babel


Objetivos

  • Saber a qué conduce la soberbia del hombre
  • Conocer que Dios desea que todos
    hablemos el mismo lenguaje del amor.

Antecedentes

Las torres en todas las civilizaciones han servido para vigilar desde las alturas a
posibles enemigos; por ello todos los castillos tenían varias.

Cuando un rey quería castigar la escasa fidelidad de un noble vasallo, le obligaba
destruir su torre y sus almenas; una palacio sin torres y almenas era una clara humillación a la vista de todos.

En Italia hay un pueblo San Glimiliano, que tiene torres de unos 40 metros de alto. Los señores de aquel pueblo competían por tenerlas más altas porque indicaban mayores riquezas. Esas torres servían para secar lienzos teñidos, pero podían servir para dominar el pueblo y muchas de ellas fueron derribadas por falta de fidelidad al rey.

Hoy los hombres también construyen torres altas. No se ven pero existe, Son torres de soberbia, orgullo, injusticia, falta de perdón, desobediencia a la ley de Dios etc. Cuando no obedecemos a la Palabra de Dios estamos levantando una torre ante Dios y los hombres que muestra nuestras soberbias y nuestras ganas de destacar frente a los demás.

Pero sólo Dios debe ser nuestra torre fuerte.

“Buscad a Jehová y su fortaleza, buscad siempre su rostro” (Salmo 105:4)

Lectura bíblica

  • Génesis 11: 1-9
  • Texto para aprender: «Torre fuerte es el nombre del Señor, a el correrá el justo y levantado será” (Prov.18:10)

Historia

Después del diluvio los descendientes de Noe se multiplicaron mucho y pasado el
tiempo tuvieron que ir alejándose unos de otros.

Entonces decidieron hacer una torre alta, muy alta, que llegara hasta el cielo, con el fin de que al mirar hacia donde estuviera la torre reconocieran la zona a donde ir. También se dijeron entre ellos “si edificamos una torre tan alta lograremos hacernos un nombre y las naciones de alrededor nos reconocerán como los de la “Torre Alta” Ellos mismos se quisieron dar un nombre, una identidad.

Y se pusieron a construir a marchas forzadas, incluso cambiaron los utensilios y material de construcción por otros. Así usaron ladrillo en lugar de piedra y asfalto en lugar de la mezcla anterior que empleaban para construir, pues deseaban hacerlo todo muy rápido.

Eso no le gustó a Dios, y es que nuestra identidad en la tierra, la que verdaderamente vale, nos la da el mismo Dios.

El quiso que aquel pueblo le perteneciera, fuera suyo y a través de él se iba a manifestar al mundo.

Así que Dios decidió detener la obra de una manera muy original. Simplemente hizo que empezaran a hablar lenguas distintas y no lograban entenderse para construir juntos.

Cuando uno pedía ladrillo le traían piedras, cuando otro pedía palas le traían cedazos etc. Y como no lograban ponerse de acuerdo, la obra se detuvo. Y allí quedó a medio hacer para vergüenza suya.

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