Muerte de Juan el Bautista


Objetivos

  • Conocer la suerte que corrió el mensajero del Señor.
  • Apreciar la valentía de Juan el Bautista.
  • Saber que seguir a Dios no es siempre fácil, pero que tiene recompensas.

Antecedentes

La predicación de Juan siempre llevaba el mensaje de la necesidad que tenían todos los seres humanos de arrepentirse de sus pecados. Pocas personas quieren ser conscientes de que necesitan pedir perdón y cambiar de vida.

En aquella época reinaba sobre Israel el rey Herodes (era hijo de Herodes El Grande, el que mandó matar a los niños en la época del nacimiento de Jesús). En realidad, aunque ostentaba el título de Rey reinaba poco, ya que sobre él estaba el poder romano. Aun así podía meter en la cárcel a quien quisiera y cometer toda clase de injusticias.

Juan predicaba a todos “¡Arrepentíos, arrepentíos! Gente de todas las clases sociales le escuchaban: soldados, mercaderes, fariseos, escribas, gente humilde y gente poderosa. Todos hablaban de él y de su mensaje, unos para bien y otros para mal; algunos hablaban de él con respeto pero otros se burlaban , como hoy día se burlan de los embajadores de Dios y de aquellos que no que no quieren comprometerse con las maldades del mundo actual.

Herodes no llevaba una vida limpia; se había separado de su mujer y se había unido con una mujer también casada: Herodías, mujer de su hermano. Esto era un doble adulterio.

Lectura Bíblica

Mateo 11:2-19; Lucas 7:18-35

Texto para aprender

No temáis a los que pueden matar el cuerpo, pero el alma no pueden matar; temed mas bien a los que pueden destruir el alma y elcuerpo en el infierno. Mateo 10:28

Historia bíblica

Herodes oía hablar de Juan y sentía curiosidad por verle de cerca. El problema es que era demasiado orgulloso para mezclarse con el pueblo, así que le mandó llamar. Para ello envió a unos soldados que custodiaron a Juan hasta el palacio y allí, rodeado de su corte, se dispuso a escuchar lo que tenía que decirle.

Todos contienen la respiración ¿Se atreverá a echarle en cara al rey Herodes sus pecados, como ha hecho con los fariseos? No lo creen porque le puede costar la cabeza. Pero Juan es un mensajero de Dios. El no puede cambiar el mensaje y le señala diciendo:

“No puedes tener a la mujer de tu hermano, ella tiene que volver con su marido”.

Herodes se sonroja, pero Herodías se llena de ira y quiere que Herodes mate a Juan. Pero el rey no se atreve y sólo lo manda encarcelar.

Allí Juan es visitado por muchos amigos que le cuentan cómo Jesús va de un pueblo a otro hablando del amor entre los hombres, del perdón de pecados y de la vida eterna. Juan está sorprendido; él esperaba que Jesús se portara como un rey fuerte que los librara del yugo romano, pero Jesús parece tener su reinado en otro lugar y envía a preguntar si es el Mesías, el enviado por Dios para librarles del yugo.

Jesús le responde a los enviados:

“Id y decidle que lo cojos andan, los ciegos ven, los leprosos son sanados, los muertos son resucitados y a los pobres se les anuncia el Evangelio”.

Jesús no les dice directamente que sí, que él es el Mesías, prefiere referirse a las
profecías del Antiguo Testamento que dicen exactamente lo que haría el Mesías cuando viniera, y es exactamente lo que hace Jesús. Y Juan debió de comprender que realmente el reino de Dios estaba ya en la tierra y que el Mesías había llegado.

Mientras Herodías llena de ira quiere que Herodes mate a Juan. Pero Herodes se resiste y ella asutamente espera una buena ocasión. Herodías tenía una hija muy jovencita y bella, hija de Felipe, hermano de Herodes, y por tanto su sobrina que se llamaba Salomé. Un día de fiesta, Salomé bailó muy bien y Herodes, lleno de vino, le ofreció lo que quisiera por el baile. Salomé aconsejada por su madre le pidió la cabeza de Juan el Bautista.

A Herodes le pesa haber hecho una promesa de algo desconocido delante de tanta gente, pero no puede volverse atrás, así que manda decapitar al Mensajero de Dios, al heraldo celestial; y Juan es asesinado de manera tan indigna. Su culpa: haber obedecido el mandato e Dios de amonestar de los pecados a la gente poderosa y encontrarsencon la ira de una mujer soberbia.

Pero Juan entró en ese msmo instante en la presencia del Dios altísimo a ocupar el lugar que le corresponde por su obediencia y su amor al Salvador.

Reflexión

Juan cumplió el cometido para el que había sido enviado a la tierra, aunque ello le costó perder su vida terrenal, pero ganó la que todos deberíamos buscar, la VIDA ETERNA.

No hay que temer a los que pueden matar el cuerpo.

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