Parábola del sembrador


Objetivo

  • Saber qué es la Palabra de Dios y qué efectos produce.
  • Reflexionar si esa palabra está en nuestras vidas.

Antecedentes

Los hombres de los tiempos de Jesús entendían muy bien todo lo que se refería a la siembra, al crecimiento de las semillas y a las cosechas, no en vano eran muchos de ellos agricultores. Por ello Jesús, en una de sus parábolas se refirió a estas actividades para ilustrar y enseñar lo que significa la palabra de Dios y conocer cuál es la voluntad de Dios para la vida del hombre.

Antes de sembrar cualquier semilla hay que efectuar una serie de actividades:

  • Remover el terreno.
  • Quitar raíces antiguas y malas hierbas.
  • Dejar que el terreno se airee algo, se oxigene.
  • Sembrar y esperar.

Cuando el sembrador se disponía a sembrar se colocaba un saquito o un cesto al hombro, con la semilla y andando lentamente iba esparciendo, a diestra y a siniestra (ambos lados), la semilla. Después rastrillaba la zona para tapar, en
lo posible, la semilla.

Pero en este proceso no toda la semilla quedaba enterrada en la buena tierra sino que alguna quedaba en la orilla donde había matorrales, otra caía en el camino, otra quedaba en un lugar donde había poca tierra etc. Por ello no toda la semilla plantada acababa dando fruto. Pasado el tiempo sólo saldría la que caía en determinado lugar.

Lectura bíblica

Lucas 8:4-12; Mateo 13:1-15 y 18-23; Marcos 4:1-20.

Texto para aprender

Bienaventurados los que oyen la Palabra de Dios y la guardan (Lucas 11:28).

Historia

Había un sembrador que salió a sembrar. Una vez preparado el terreno, una vez que él tuvo semilla adecuada comenzó a lanzar la misma sobre el terreno. Una parte cayó en el camino cercano y fue pisada y los pájaros la comieron; otra parte cayó entre piedras y, apenas nació la planta, se secó porque no tenía raíces profundas. Otra cantidad cayó en un lugar donde había matorrales con espinas y, la planta nació, pero al poco el resto de las plantas la ahogaron. Y, finalmente, una gran parte cayó sobre buena tierra y al cabo del tiempo nacieron las plantas y unas dieron muchas espigas, otras llevaban menos espigas, pero todas ellas dieron fruto bueno.

Como los discípulos no entendían el significado de la parábola le preguntaron a Jesús el significado de ésta y él, de forma resumida, les contestó que la Semilla era la Palabra de Dios. Esta palabra era predicada y sembrada en distintos lugares. En unos casos era recibida con alegría pero venían los pájaros y la robaban (personas que quitan la fe y la confianza). Otras caían entre espinos (mala gente o malas circunstancias) y éstos la ahogaban. Otra era recibida por corazones sinceros pero como no perseveraban no podían dar raíces profundas que permitiera a la planta crecer.

Finalmente había corazones que perseveraban y daban frutos.

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