Objetivos
- Conocer que Dios nunca nos abandona.
- Saber que cada decisión que tomemos tiene consecuencias.
- Consultar a Dios antes de tomar una decisión.
Antecedentes
Era el tiempo en que aún no había rey en Israel y los israelitas eran gobernados por Jueces.
En aquella época la gente vivía preferentemente del campo, la siembra, la siega y el cuidado del ganado eran actividades muy importantes y todas las actividades cotidianas giraban alrededor de estos trabajos. Y una costumbre muy loable era dejar recoger espigas detrás de los segadores a las personas que no tenían recursos Por eso si escaseaba la lluvia o granizaba o venían tormentas la cosecha se podía estropear y el pueblo pasaba hambre. Ya había ocurrido en tiempos de Jacob y José…
Una costumbre de aquella época era que si moría un esposo el pariente más cercano podía pedir casarse con la viuda para que las tierras no pasasen a manos extrañas y poder, además, tener un descendiente en la propia familia. Así mismo si alguien quería vender tierras el pariente más cercano tenía derecho a comprarlas.
Belén era un pueblecito que Dios había bendecido. Su nombre significa “Casa de pan”; era una tierra de abundancia y los que allí habitaban tenían suficiente para vivir.
Y en este pueblecito iba a ocurrir el acontecimiento más impresionante de los que han ocurrido en el mundo: nacería Jesús, el salvador.
Pero eso, en la época de nuestra historia aún no se sabía.
Lectura bíblica
Libro de Rut
Texto para aprender
Escoged hoy a quien sirváis, que yo y mi casa serviremos a Jehová (Josué 24:15).
Historia bíblica
En el pueblo de Belén, que quiere decir “casa de pan” vivía un matrimonio, Elimelec y Noemí “mi delicia”, con sus dos hijos. Vino una gran sequía que secó los campos y trajo una gran hambre a Israel y Elimelec decidió emigrar con su familia a la tierra de Moab, donde sí había alimento.
Y toda la familia dejó la tierra que Dios les había dado a sus mayores, la tierra prometida, y se mudaron a otra tierra extraña. Allí los jóvenes crecieron y buscaron esposa entre las hijas de aquella tierra, dos moabitas llamadas Orfa y Rut y todo parecía ir bien.
Pero pasado el tiempo murió Elimelec y también sus dos hijos. Quedaron solas y desamparadas Noemí y sus dos nueras: Orfa y Rut, quienes no habían tenido hijos.
Al quedarse sola Noemí decidió regresar a Belén y quiso que las jóvenes volvieran con su familia y buscasen otros muchachos para casarse y fundar otras familias, Ella ya no tenía nada que ofrecer, incluso se sentía tan angustiada que quiso cambiarse el nombre por el de Mara que significa “amarga”.
En aquella época una mujer sola se convertía en una mujer explotada, pobre y sin nadie que la defendiera. A la tragedia de perder a su marido e hijos se unía la miseria a la que se veía sometida Una vez que se dispuso a marchar, Noemí sus nueras no se quería separar de ella.
Noemí logró convencer a Orfa para que volviera con su familia pero Rut se negó. Ella le dijo que el pueblo y Dios de Noemí se convertirían en su propio pueblo. Y así, ambas, llegaron a Belén donde sólo les esperaba una casa medio destruida.
Para poder alimentarse Rut se fue a espigar a un campo y se unió a unas espigadoras que recogían grano detrás de los segadores. Y aquel campo era de Booz, un pariente hacendado y muy respetado de Noemí.
Cuando Booz la vio la mandó llamar ya que le habían dicho quien era y cómo había dejado su tierra para cuidad a Noemí.
Así pues le dijo que siempre fuera a espigar a sus campos y dio orden a los criados de que no la molestasen y que dejaran caer espigas para facilitarle en trabajo.
Pasados unos meses y acabada la cosecha, Rut, por indicación de su suegra, se fue a donde descansaba Booz, y allí le dijo cuánto la había ayudado. Y Booz la admiró mucho más por su discreción. Y decidió hacerla su esposa.
Así que se dirigió al pariente más cercano de Noemí, un anciano del pueblo, y le dijo que si quería comprar un campo que tenía Noemí se habría de casar también, como mandaba la tradición, con Rut. Pero al hombre no le interesaba así que le dio a Booz la opción de casarse con Rut. Y Rut y Booz se casaron con gran contento de Noemí.
Meses más tarde nació un precioso niño que hizo la felicidad de la anciana y solitaria Noemí quien fue una abuela dichosa. Y este niño fue abuelo del rey David.
Y en la historia de Rut vemos como Dios bendice la fidelidad y el amor que esta tuvo con su suegra y cómo Dios no se apartó de Noemí, a pesar de los difíciles momentos que pasó.