Sansón, un hombre fuerte


Objetivo

Conocer:

  • Es mejor no hacer promesas si no se van a poder cumplir.
  • Que Sansón se separó de la promesa de consagración a Dios y que por eso trajo desgracia sobre su vida.

Antecedentes

En la época de los jueces de Israel ocurría muy frecuentemente que los israelitas se apartaban de Dios. Cuando se arrepentían de sus malos caminos, Dios levantaba algún juez que les conducía adecuadamente y, entonces, solían vencer a sus enemigos.

En esa época los filisteos, una de las tribus más poderosas que vivían en Canaan y que estaban en continua lucha contra Israel, nació Sansón.

Dios siempre había advertido a su pueblo que no se mezclara con los paganos, es decir no se casaran con ellos para que no tomaran sus costumbres e hicieran lo que a Dios no le agrada.

Sansón debía haber sido un muchacho muy dedicado a Dios, pero cayó en las costumbres de los habitantes de la zona: se apartó de Dios, buscó mujeres que no le convenían y trajo la destrucción sobre su vida.

Reflexión

Cuando no se siguen los preceptos divinos nuestras vidas se separan de la protección de Dios, y los enemigos de nuestra alma toman ventaja. Entonces empezamos a sufrir las consecuencias de esta separación.

Lectura bíblica

Jueces 13 a 16
Números 6 : 1-5

Texto para aprender

El que guarda el mandamiento guarda su alma, mas el que menosprecia sus caminos morirá (Proverbios 19:16).

Historia

La que sería madre de Sansón era estéril. Un día, mientras estaba en el campo recibió la visita de un ángel aunque ella no sabía que lo era, quien le dijo que tendría un hijo. Otro día se apareció de nuevo y delante de su marido les dijo que ese hijo debía ser nazareo. Ser nazareo implicaba una serie de principios como: no cortarse el pelo, no beber vino, no tocar muerto, etc., al menos mientras duraba la promesa de ser nazareo.

Efectivamente meses después nació Sansón, un niño que desde bien pequeño se destacó por su gran fuerza.

Pero cuando ya era un joven se enamoró de una muchacha filistea y convenció a su padre para que se la pidiera por mujer.

Cuando iban a celebrar las bodas le salió un león en el camino; sansón era muy fuerte y no tuvo dificultad en matarle con sus propias manos; al cabo de unos días se encontró un panal de miel, del que comió.

Nadie vio lo que había pasado. Mientras celebraban las bodas propuso un juego de adivinanzas a los amigos de la novia. La adivinanza era:

“Del devorador salió comida, y del fuerte dulzura”.

Nadie podía acertar la adivinanza, pero su mujer insistió para que se lo descubriera a ella sólo. Sansón se dejó convencer y le dijo que el devorador era el león y la dulzura era la miel del panal que había en su cuerpo. Su mujer le engañó y se lo contó a sus amigos, por lo que perdió la apuesta. Sansón lleno de ira mató a 30 filisteos para pagar la apuesta de los 30 vestidos que se habían comprometido; entonces le prohibieron entrar en el pueblo.

Y Sansón tenía tanta fuerza que siempre que los filisteos querían prenderle él lograba escabullirse y romper las ligaduras.

Pasó el tiempo y Sansón se enamoró de otras mujeres que no conocían a Dios. Concretamente una se llamaba Dalila. Los principales de esa tierra le pidieron a Dalila que se enterara de cuál era el motivo de la gran fuera de Sansón. Dalila durante muchas noches insistió para que Sansón le dijera en qué consistía su fuerza. Sansón jugaba con ella y le decía mentiras: unas veces le decía que perdería su fuerza si le ataban con juncos verdes, otras veces que si le ataban con cuerdas nuevas quedaría débil, y finalmente confesó que el cabello largo era el motivo de su fuerza.

Dalila le cortó los cabellos y cuando vinieron los filisteos le apresaron y le dejaron ciego.

Pasó el tiempo hicieron una gran fiesta y llevaron a Sansón al templo para reírse de él. Sansón pidió que le pusieran entre las dos columnas principales que sostenían ese edificio y le pidió a Dios que le diera de nuevo fuerza para poder romper las columnas y perecer junto con muchos enemigos.

Y, efectivamente Sansón empujó y primeramente se movió una columna, y después la otra y finalmente se vino abajo todo el templo, sepultando a Sansón y a muchos filisteos.

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