Saul pierde el favor de Dios


Objetivo

  • Reflexionar de cuáles son las cualidades que pueden hacer perder el favor de Dios.
  • Reconocer cuál es la cualidad que Dios desea que tengan sus hijos: la obediencia.

Antecedentes

Saúl empezó bien: Era un hombre humilde, del pueblo, cuidador de ganado, que se vio elegido rey de los israelitas. Fue escogido por Dios y aclamado por el pueblo de Israel, el cual quería ser gobernado por un rey como las naciones vecinas y no por Dios, porque no se puede servir a dos señores. Cuando Samuel lo ungió como rey, el Espíritu Santo estuvo sobre él y le dio poder y capacidad de liderazgo.

Saúl fue nada menos que el primer rey de Israel; hasta entonces quien había dirigido la vida de Israel era Dios bien directamente o a través de hombres escogidos, los profetas. Por todo ello Saúl era doblemente afortunado: elegido por Dios ante la presión del pueblo y aclamado por este mismo pueblo.

Saúl era humilde, sencillo, nada orgulloso. Saúl era hermoso de parecer y lo mejor es que recibió el poder de Dios.

Sin embargo algo pasó que Dios se apartó de él y acabó siendo rechazado.

Aplicación

No es lo mejor cómo se empieza sino cómo se acaba. Las personas pueden empezar una vida espiritual llena de fe, amor y posteriormente, al descuidar estos dones, acabar teniendo una vida miserable.

NO DESCUIDES LOS DONES QUE DIOS TE DA.

Lectura bíblica

1ª Samuel 13, 14, 15.

Texto para aprender

«Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios.» 1 Samuel 15:22

Historia

Al principio Saúl tuvo éxito en su empresa y acabó logrando que la nación se uniera para pelear contra los enemigos. ¡Qué victoria obtuvieron! El pueblo estaba encantado con él.

Quizás esto le envaneció porque poco después empezó a mostrar aspectos de su carácter que no eran correctos:

Así se adjudicó la victoria que su hijo había obtenido sobre los enemigos, para que el pueblo le respetase, y eso no era correcto. Había mentido.

Por otro lado Samuel le dijo que esperase su llegada a la ciudad de Gilgal para ofrecer los sacrificios pertinentes antes de entrar en batalla; pero Saúl se impacientó , ya que les rodeaban los enemigos y Samuel tardaba; así que empezó a hacer los sacrificios sin el profeta y cuando éste llegó quiso excusarse; pero había demostrado su incredulidad y falta de confianza.

Un día el valiente hijo de Saúl, Jonatan, se fue con su escudero hacia el campamento de los filisteos y logró matar a muchos enemigos, de tal forma que los filisteos se asustaron y empezaron a matarse entre ellos. Al oír Saúl el ruido que hacían en el campamento enemigo quiso unirse a la batalla e hizo otra tontería: mandó ayunar a los guerreros antes de ir a la batalla y más aún juró que quien comiera ese día sería matado.

¿Le había pedido Dios ese sacrificio a él y a todo el pueblo? ¡Desde luego que no! Dios no quiere sacrificios, quiere obediencia.

Jonatan, que nada sabía de eso, comió de un panal y al descubrirlo su padre quiso matarlo. ¡Que locura! ¡por haber hecho una promesa que Dios no le había solicitado! Pero el pueblo quería a Jonatan y lograron que Saúl no cumpliera su amenaza.

Un día Saúl tuvo una victoria muy grande contra los amalecitas y Dios le había mandado destruirlo todo. Pero, en vez de obedecer y no quedarse con ningún botín, dejó que los carneros más gordos, las vacas y las mejores ovejas quedasen con vida. Por tanto Saúl desobedeció a Dios. Cuando Samuel llegó Saúl le dijo que todo había sido destruido.

-¿Qué son pues esos balidos de ovejas y mugidos de vaca?- preguntó Samuel.

Pero Saúl fiel a su costumbre no se culpó a si mismo sino al pueblo que, según él, quería hacer sacrificios a Jehová. Volvió a mentir. Pero Samuel le dijo que Dios amaba más la obediencia que los sacrificios. Entonces Samuel le dijo las palabras que Dios le había anunciado que dejaría de ser rey.

Curiosamente Saúl reconoció su pecado pero quiso convencer a Samuel que le acompañara en los sacrificios para que el pueblo le viera. Samuel así lo hizo, pero cuando se separaron ya nunca más volvió a ver a Saúl.

Y Samuel sufrió mucho porque Saúl había perdido el favor de Dios.

Aplicación

Saúl perdió la confianza de Dios porque él vivió de apariencia, sin darse cuenta que a Dios no se le puede engañar.

Como Saúl tenemos que tener cuidado de no ser mentirosos, orgullosos, desobedientes e incrédulo y no querer vivir de apariencias para no perder el favor de Dios.

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