Vivir en tiendas


Objetivos

  • Entender que los hebreos eran un pueblo nómada que vivía en tiendas.
  • Comprender que ellos no tenían suelo propio por lo que se sentían peregrinos buscando un lugar donde vivir.

Texto para aprender

Con sabiduría se edifica la casa, con prudencia se afirmará. Proverbios 24:3

¿Cómo vivía el pueblo hebreo?

El pueblo hebreo vivió en tiendas durante muchas generaciones hasta que entraron en la Tierra Prometida, en tiempos de Josué, y comenzaron a instalarse de manera permanente en casas construidas con adobe (barro, cantos rodados y paja).

Las tiendas estaban hechas con el material que tenían más a mano: piel de cabra. La piel de cabra es una piel muy resistente e impermeable al agua. Las tiendas hechas con este material les permitía aislarse del frío de la noche, del calor del día y de los temporales.

Las tiendas estaban hechas con paños de estas pieles cosidos entre sí y ancladas al suelo mediante cuerdas; cuando hacía calor levantaban los laterales para que corriera el aire. Normalmente constaban de una gran habitación o sala que era el centro de la vida familiar durante el día y dormitorio de parte de la familia durante la noche. Había una estancia separada como zona para las mujeres, porque las mismas solían hacer vida aparte, especialmente cuando venían huéspedes.

Las tiendas crecían añadiendo nuevas pieles o sustituyendo las deterioradas. Cuando se producía un nuevo matrimonio a veces simplemente se añadía una pequeña estancia o en casos notables se hacía una tienda nueva. Estas tiendas pasaban de padres a hijos como un bien muy preciado.

La cocina se situaba en la zona de las mujeres, en una zona separada, o se encendía el fuego en el exterior; la cocina era en realidad un orificio en el suelo donde se colocaba la leña que permitía cocer los alimentos. Este trabajo correspondía exclusivamente a las mujeres. La comida la realizaban los hombres por un lado y las mujeres y los niños pequeños en otra.

Los utensilios de las tiendas eran muy sencillos, pero daban cierto confort a sus habitantes: alfombras en el suelo los aislaban de la arena, cojines para apoyarse, lámparas o candiles de aceite para iluminarse, cuencos de barro para cocinar y de madera o barro para comer, sacos para guardar cereales, pellejos para el agua, pieles de animales etc.

Cuando había varias tiendas eran colocadas en círculo y, a veces parte del ganado se colocaba dentro. Como eran ganaderos que llevaban a pastar sus ganados- ovejas y cabras sobre todo- se movían en función de la abundancia de pastos, por lo que las tiendas se podían desmontar, cargar en burros o camellos y luego volverlas a montar en otro lugar.

En este medio Abrahán recibió la visita de enviados de Dios quienes le prometieron que tendría una gran descendencia. Isaac, Jacob, sus hijos, Moisés, los hebreos o israelitas en el desierto hasta entrar en la Tierra Prometida, vivieron en tiendas. Por eso entendían cuando Dios les decía que eran peregrinos y que su patria estaba en otro lugar.

Aplicación

Nosotros, aunque no vivimos en tiendas ni nos movamos del lugar que nacimos, somos también nómadas y peregrinos. ¿Por qué? Porque caminamos hacia la ciudad celestial que Dios ha prometido a los que le aman.